Disney es el clásico ejemplo de que los sueños pueden volverse realidad: ser exitosas y hacer exitosa a su gente, principio fundamental de su cultura corporativa.
Quien piense que las grandes empresas comienzan con grandes cimientos están muy equivocados, esta empresa dedicada a vender diversión y a hacer realidad los sueños es el resultado de un estruendoso fracaso. Entonces, ¿cómo llegó a convertirse en un imperio sin fin? Su gente lo dice, la receta secreta de esta empresa, es y siempre ha sido, su cultura organizacional.